Todos Somos África Hacia una pictórica representación de los Orishas La obra Todos somos África es un trabajo que realicé durante mi estadía de cuatro años en la isla donde estudié una parte de la historia de Puerto Rico. Esta surge de mi interés por el ritual, la espiritualidad y por una serie de entrevistas que tuve con el Tata Tony Oma Obatala quien compartió su conocimiento ancestral conmigo. A medida que iba descubriendo los Orishas gracias a la lectura del libro El Monte de la antropóloga cubana Lydia Cabrera, él me aclaraba las dudas, estudiábamos el mito (Pataky) y yo escuchaba los cantos de alabanza mientras pintaba cada cuadro. Cada cuadro de esta serie es único. El color de cada uno es inspirado en los Elekes (collares), en los mitos (Patakis) y en los cantos de alabanza a los Orishas. Con este trabajo busco resaltar la esencia de estos orishas, que han sido y siguen siendo gran fuente de inspiración en el quehacer diario espiritual y comunal tal y como se evidencia en la cultura puertorriqueña y caribeña; en su música, su cocina, y sus artes. Además, pretendo, con estas obras, no solo acercarme a elementos de color inspirado en las telas africanas, sino también trabajar los elementos simbólicos que definen la personalidad y poderes de cada Orisha. La obra Todos somos África la expuse antes de irme de la isla en el 2017 en la Galería Guatibirí en Río Piedras y ahora tengo la gran oportunidad de volver a la isla después de cuatro años que he estado viviendo en Filadelfia y mostrarles a ustedes esta obra inspirada en sus ancestros africanos. En exhibición a partir del 12 de agosto de 2021. Salomé Cosmique es una artista, educadora y curadora colombiana que actualmente reside en Filadelfia (EE.UU) Es maestra en artes visuales de la Universidad de Estrasburgo en Francia. En el 2012, obtuvo el Diploma Nacional de Artes Plásticas de Francia, concentración en artes sonoras de la Escuela de Artes del Rin (Haut École Des Art du Rhin) en Mulhouse, Francia. Al terminar sus estudios, se mudó a Puerto Rico, donde participó en varias exposiciones colectivas e individuales en el Centro Ceremonial Tibes, Museo de las Américas y en la Bienal de Ponce entre otros. En el 2017, Salomé se mudó a Filadelfia (EE.UU) donde ha desarrollado su carrera artística, curatorial y educativa. Actualmente es curadora de Dissident Bodies, Dislocada/ Dislocated y trabaja como educadora en el Barnes Foundation. Para Salomé las artes forman un vehículo positivo el cual puede brindar cambios positivos tanto en la sociedad al igual que transformar vidas, por lo cual la artista impulsa el arte también como medio de sanación. Desde el 2012, su trabajo performático se ha inspirado en el colonialismo, la inmigración, la desigualdad de las mujeres y los cuerpos disidentes. Con su trabajo pictórico, Salomé busca recordar las memorias de nuestros ancestros. Ha expuesto en Europa, Latinoamérica, el Caribe, Estados Unidos y la India. David Acosta es poeta, escritor, curador y trabajador cultural. Actualmente es el director artístico de Casa De Duende que co-fundó junto a su compañero de vida Gerald Macdonald. Él es autor y poeta publicado cuyo trabajo ha aparecido en varias antologías y revistas literarias. Entre las más notables antologías están The Americas Review (University of Texas Press, 1997), American Poetry Confronts the 1990s (Black Tie Press 1990), The Limits of Silence (Asterion Press 1991), Poesida (Ollantay Press, 1995) y Floating Borderlands: Twenty Five Years of Latin American Poetry in The United States, (University of Washington Press, 1998). Revistas literarias incluyen Mayrena, The James White Review, The Evergreen Chronicles, y Philomel entre otras. Él es escritor colaborador de Queer Brown Voices, la primera antología enfocada en documentar la historia del movimiento LGBTQ+ latinx en los Estados Unidos y Puerto Rico. Ha organizado numerosas exposiciones de arte visual, incluyendo la co-curaduría de Stonewall @ 50 en el 2019 en la Galería Leonard Pearlstein de la universidad de Drexel, mostrando la obra de 129 artistas, la cual se convirtió en la más grande exposición de arte LGBTQ+ en la historia de Filadelfia. Él fue el cofundador del festival de cine latinoamericano de Filadelfia y ha dirigido espectáculos en First Person Arts y ha hecho performances en el Barnes Foundation en Filadelfia. Actualmente, es el presidente de la junta directiva de Da Vinci Art Alliance. David forma parte del consejo asesor de artistas de Taller Puertorriqueño y es miembro del colectivo artístico Dissident Bodies y Dislocada/Dislocated. Actualmente él está trabajando en varios proyectos incluida la organización de dos grandes exhibiciones de arte en el verano y otoño del 2021. Catálogo de la exposición
El erotismo en las culturas prehispánicas
El erotismo en las culturas prehispánicas Colección Catlett, 21 figuras antropomorfas hechas en barro de las culturas La Tolita, Jama – Coaque o Bahía de Ecuadoro Por Miguel Rodríguez López, Arqueólogo El tema del erotismo, la sexualidad y sus representaciones en el arte han sido motivo de gran interés en todas las épocas de la historia. Y no es para menos, porque la sexualidad junto a la religiosidad, la creación cultural y la capacidad para organizarse en sociedad, son algunas de las principales fuerzas que gobiernan y dirigen la experiencia humana y la sobrevivencia de nuestra especie, sobre este planeta. Las figuras eróticas y sexuales son tan antiguas como el arte mismo. En las pinturas y grabados rupestres del paleolítico, se encuentran representaciones de genitales humanos que se asume son símbolos de fertilidad. Tanto los egipcios como los griegos pintaron escenas de actividades sexuales en su cerámica y en las paredes de sus templos. En las ruinas de Pompeya y Herculano, también se encuentran pinturas y mosaicos con variadas escenas de alto contenido eróticoy sexual. En el área del Perú, Ecuador y el sur de Colombia, fue donde la producción cerámica de las representaciones eróticas alcanzaron su mayor expresión y complejidad. Los creativos artesanos Mochicas de la costa norte del Perú, así como los de las culturas La Tolita y Jama-Coaque de la costa de Ecuador y el sur de Colombia, fabricaron miles de estas impresionantes piezas que fueron utilizadas principalmente como ofrendas propiciatorias y funerarias. La valiosa colección Catlett de figuras eróticas, donadas al Museo de Las Américas, pertenece mayoritariamente a la cultura La Tolita, según el peritaje del arqueólogo Osvaldo García Goyco, quien las estudió en el 1997. Esta cultura indígena que se concentra en la isla de La Tolita, es considerada como un gran centro ceremonial que floreció aproximadamente, entre los años 500 antes de Cristo al 500 después de Cristo. Por mucho tiempo, estas piezas fueron ocultadas o destruidas por sus descubridores, por considerarse como una amenaza a los valores familiares y religiosos de esos tiempos. Incluso durante casi todo el siglo XX, las galerías y los museos las consideraban ofensivas, pecaminosas y transgresoras de las normas culturales establecidas. Sin embargo, importantes coleccionistas de todo el mundo las adquirían y las mostraban de manera muy discreta y privada. Pero a la altura del siglo XXI, se han comenzado a aceptar estas manifestaciones como una expresión de carácter antropológico, cultural y artístico de las sociedades que las elaboraron. Tanto en Europa como en América Latina, las antiguas colecciones de arte erótico han comenzado a ser revaloradas y expuestas a un público que las recibe con interés, curiosidad y madurez. En exhibición a partir del 20 de mayo de 2021. Eroticism in the pre‐Hispanic cultures
Rafael Trelles: La palabra imaginada
Rafael Trelles: La palabra imaginada Por Efraín Barradas Écfrasis o ecfrasis es un término técnico empleado casi sólo por especialistas. Muchos diccionarios no lo recogen y hasta su deletreo es incierto. La palabra viene del griego. Se dice que el primer ejemplo de écfrasis es la descripción del escudo de Aquiles que hace Homero en La Ilíada. Desde entonces muchos literatos han seguido su ejemplo tratando de transformar en palabras una obra de arte visual. Simplifico para así poder definir el oscuro término. Pero al hacerlo recalco que siempre los estudiosos tienden a favorecer la ruta que va de la obra de arte visual a las letras: del escudo de Aquiles al texto de Homero. Horacio lo resume: “ut pictura poesis”. Ulrich Weisstein, uno de los grandes estudiosos de esta práctica estética, enumera dieciséis variantes del écfrasis, de las cuales trece parten del fenómeno literario —del escudo de Aquiles al texto de Homero— y sólo tres a la inversa —del texto al escudo. Entre estas últimas, la más común es la ilustración de libros. Pero aún en esos casos siempre se privilegia la letra. Dado el cambio la ruta —de lo literario a lo visual— y por la alta calidad de la obra fue que me atrajo desde que los vi reproducidos unos recientes dibujos de Rafael Trelles. Trelles logra invertir la tradicional vía del écfrasis en veintidós dibujos donde combina diversas técnicas y medios y donde demuestra una vez más su gran maestría artística. Los dibujos, que a veces parten de un accidente, principio que tanto le gustaba a los maestros del Surrealismo y a Siqueiros, tienen como centro una figura construida a partir de las amplias normas del realismo. Estas figuras apuntan a textos literarios que evidencian la voracidad de nuestro artista como lector y, de manera indirecta, como crítico literario ya que podemos leer estos dibujos como un comentario de los textos que parece meramente ilustrar. (¿O estaré yo aquí canalizando mis intereses al convertir a Trelles en crítico literario, como lo soy?) Un simple inventario de los textos que el artista emplea para crear los dibujos es ya revelador de sus intenciones y de sus fuentes estéticas. Aunque Trelles toma como punto de partida en pocos casos a escritores que podemos llamar realistas —Tolstoi, Poniatowska— es evidente que privilegia las obras de tono fantástico, mágicos o absurdos —Lewis Carroll, García Márquez, Kafka, Ionesco— y ese interés coincide con su propia estética: los elementos surrealistas en la obra de Trelles son notables, hasta definidores. Por otro lado, se destaca en este conjunto la combinación de lo puertorriqueño y lo extranjero: junto a Palés Matos hallamos a Saramago, junto a Ana Lydia Vega, a Shakespeare, junto a Cezanne Cardona, a Chejov. Trelles sabe que lo propio tiene valor más allá de por pertenecernos. También se destaca en la selección de puntos de partida literarios para estos dibujos la negritud. Por ello Trelles parte de Carpentier, de Palés y de Vega, en cuyos textos se exalta la cultura afrocaribeña. Es evidente también que el dibujante observa con detenimiento y cuidado textos anónimos que nos remiten al folklore y a la tradición: Las mil y una noches, Chilam Balam, el Golem. Las fuentes o los puntos de partida son diversos, amplios y evidencian el apetito voraz de Trelles como lector y su capacidad e interés de ver lo nuestro en el amplio contexto de eso que algunos llaman lo universal, término que muchas veces esconde elementos colonialistas, elementos que están ausentes aquí. ¿Y qué hace Trelles con esas diversas fuentes literarias? Ya apuntaba que el artista no ilustra el texto en el sentido tradicional. En cambio, parte del mismo para crear un texto visual paralelo al literario, pero independiente de este. El texto del que parte le sugiere al artista en la gran mayoría de los casos una cara aislada o una cara y parte del cuerpo. Sólo hay dos casos en esta serie donde se retratan cuerpos completos, y uno de estos, el que parte de La metamorfosis de Kafka, es un cuerpo fantástico compuestos por la cara del autor, un insecto y un zapato.Pero claramente el interés en estos dibujos está en la cara humana. Así “Miriam”, que parte de un cuento temprano y poco conocido de Truman Capote, queda reducido a la cara de la niña que persigue en el cuento a la señora Miller, el personaje central. Y la niña lleva el camafeo que le quita a la viuda solitaria del cuento. Es el camafeo que la identifica y la define. Las facciones de un hombre, no la cara completa, se yuxtaponen al axolotl del cuento de Cortázar. A veces la relación entre el texto y la obra es más arbitraria: tres cabezas idealizadas representan a Ti Noel, Boukman y Mackandal, personajes de El reino de este mundo de Alejo Carpentier. Cada dibujo lleva en la esquina derecha superior un animal —pájaro, caracol, escarabajo— que nos remite a las creencias religiosas de los esclavos haitianos de la novela. Un pedazo de tela que flota y que trae en su ruedo un sujetador para tender ropa hace que la cara que se representa en el dibujo sea la de Remedios, la Bella. Son esos detalles —objetos o animales— los que dan la clave para entender el dibujo como comentario literario. Así el torso de una niña que puede vivir en una urbanización de Río Piedras o Humacao aparece rodeada de cuatro animales —un ratón, un conejo, una garza y un pájaro dodo— que la convierten en la Alicia de Carroll. La inclusión de un pequeño objeto o un animal es la forma principal —más allá del título que le da el artista al dibujo— que tenemos para asociar la imagen con el texto. Y la selección del animal o el objeto funciona como el elemento crítico en la obra ya que el artista, al seleccionar ese objeto o animal, destaca un aspecto del texto que lo inspira. Y al así hacerlo, Trelles rompe con una tradición
El futuro de los museos: recuperar y reimaginar
El futuro de los museos: recuperar y reimaginar Cada año, ICOM elige para el Día Internacional de los Museos un tema que se sitúa en el centro de las preocupaciones de la sociedad. Con el tema “El futuro de los museos: recuperar y reimaginar”, el Día Internacional de los Museos 2021 invita a los museos, a sus profesionales y a las comunidades a crear, imaginar y compartir nuevas prácticas de (co)creación de valor, nuevos modelos de negocio para las instituciones culturales y soluciones innovadoras para los retos sociales, económicos y medioambientales del presente. La crisis del Covid-19 ha servido de catalizador para innovaciones cruciales que ya estaban en marcha, en particular una mayor atención a la digitalización y la creación de nuevas formas de experiencia y difusión cultural. En esta ocasión el Museo de Las Américas se une a la celebración del Dia Internacional de Museos, haciendo una introspección de este pasado año, lleno de retos y de experiencias aprendidas, como ejercicio de reflexión y de fijarnos metas. Dado este contexto, hemos planificado diversas actividades para este próximo martes, 18 de mayo de 2021. Podrás disfrutar de un recorrido guiado por las salas de exposición del Museo a través de nuestra página de Facebook y canal de YouTube (@museolasamericaspr). Como parte de nuestro compromiso con la comunidad escolar, hemos convocado a que maestros colaboradores coordinen en sus salas de clases la creación de carteles alusivos al tema “¿Cómo será el Museo del futuro?”, haremos un escogido de trabajos realizados por estudiantes entre las edades de 6 a 17 años; estas obras de arte serán exhibidas de manera virtual a través de esta página. Los invitamos a que nos acompañen en esta celebración y agradecemos a todos los que nos han apoyado durante este año tan atípico, ustedes nuestra comunidad han sido el combustible para movernos a esta era digital.
Ecolalia
Ecolalia Luis Romero A René Arrillaga y Fernando Feliú, amigos imprescindibles EcolaliaMe gusta la palabra ecolalia por que suena a jardín de ecos, a una abundancia de ecos. En realidad ecolalia es repetir inmediata y compulsivamente lo que dice otra persona, o uno mismo. Quiero usar la palabra en un sentido mas amplio para hablar de ese acto de vaciarse y entregarse a la repetición. Se me ocurre pensar en ecolalia como la voluntad de convertirse en un eco. Esas son todas asociaciones apropiadas. Yo construyo mis piezas a través estructuras repetitivas. La repetición de las marcas y de las formas es lo que le da unidad a mis trabajos y es lo que les permite expandirse. Es una estrategia. Pero hay otro sentido en que esta sala es un jardín de ecos. Todas estas piezas llevan de algún modo el rastro de los maestros y los artistas aquí en Puerto Rico que me enseñaron a vivir a través del arte. Estos trabajos que presento ofrecen algo transformado, ampliado quizás, enriquecido por mis años en el exterior; pero están conectados y endeudados con esas experiencias originales. La esencia del eco es que regresa y pues aquí estoy de vuelta a través de mi arte. Sobre mi arteEsta exhibición incluye trabajos recientes junto algunas piezas anteriores para dar contexto. Mis trabajos recientes son ensamblajes hechos mayormente con papel, cartón, y canvas. Para construirlos repito patrones de marcas en superficies separadas. Los patrones se encuentran entre ellos mismos y conectan las secciones al azar. De esta manera los pedazos se acumulan y la pieza crece orgánicamente. Los trabajos acumulan patrones o sistemas de marcas para crear incertidumbre visual. Cuando hay densidad la relación de las marcas con la superficie se confunde. La repetición funciona como camuflaje. Aunque mis trabajos son táctiles y evidentemente han tenido contacto manual, crean un efecto óptico primitivo. Me encanta la idea de que algo eminentemente táctil y perecedero puede crear un efecto inmaterial. Algunas de mis piezas son como Op-Art hecho a mano. Mis trabajos buscan un espacio ambivalente, un espacio absoluto o extático, donde las marcas simultáneamente están presentes y ausentes; son hápticas e incorpóreas, existentes e ilusorias. Un lugar donde las marcas existen en nuestro espacio y en algún otro lugar. “Aquí” y “allá.” BiografíaLuis Romero es un artista puertorriqueño radicado en Chicago desde 1998. Recibió su Maestría en Dibujo y Pintura en el School of the Art Institute of Chicago, y su Bachillerato en Filosofía, Literatura y Cine en Boston University. Su trabajo ha sido exhibido ampliamente en Estados Unidos y Europa, y se encuentra en importantes colecciones públicas y privadas como el Art Institute of Chicago, Philadelphia Museum of Art, US Department of State, Fidelity Corporate Collection, y el Deutsche Bank Collection, entre muchas otras. Ecolalia es su primera exhibición en Puerto Rico.
Afromexicanos: Pertenencia y Orgullo
Afromexicanos: Pertenencia y Orgullo El Museo de Las Américas y el Consulado General de México en Puerto Rico presentan la exposición fotográfica “Afromexicanos: Pertenencia y Orgullo”. La muestra fotográfica publicada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH) busca contribuir al esfuerzo de reconocimiento y sensibilización que este organismo público autónomo realiza en favor de la población afrodescendiente en México, en concordancia con la Organización de las Naciones Unidas al proclamar el “Decenio Internacional de los Afrodescendientes 2015 – 2024, Reconocimiento, Justicia y Desarrollo”. Las fotografías que integran la exhibición, fueron tomadas durante las visitas realizadas por el personal de la CNDH a diversas poblaciones afrodescendientes en los estados de Coahuila, Oaxaca, Guerrero y Tabasco, reflejando las características tanto fenotípicas como económicas, sociales y culturales de estas comunidades y evidenciando la desigualdad en que viven. La exhibición es el reflejo del compromiso que la CNDH tiene por promover y proteger los derechos de las poblaciones afrodescendientes con el fin de lograr un impacto real en sus vidas, a través de la visualización y denuncia de su invisibilidad.
Forma y Vacío
Forma y Vacío Fernando Varela Fernando Varela es un artista visual dominico-uruguayo cuya obra destaca de manera significativa por la naturaleza de su investigación centrada en los vínculos de las formas de expresión del arte con la revelación de una verdad interior de carácter vital y profundamente espiritual. El devenir de su trabajo sensible dialoga con una tradición que concibe el arte como un espacio de confluencia entre lo espiritual, lo natural y lo humano. Nace el 19 de enero de 1951 en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Es el menor y tercer hijo de Luis Alberto Varela Carvallido e Irma Calveiro Lee. Desde muy niño manifestó habilidades para la expresión plástica, especialmente para la pintura y el modelado. A la edad de doce años inicia estudios musicales, una sensibilidad que lo acompañará siempre. A los catorce años incursiona en la pintura y comienza a familiarizarse con la cerámica en el taller de sus familiares maternos César Courtoisie y Margarita Courtoisie de Perotti. El contexto de libertades que se respiraba en el ambiente familiar de Fernando Varela durante su infancia y juventud, proporcionaron un espacio propicio para el cultivo de las artes y la creación. Muy joven, entre los dieciseis y diecisiete años, tuvo la oportunidad de conocer al escultor y pintor modernista José Luis Zorrilla de San Martín, el artista más destacado de la escultura monumental uruguaya del siglo XX. A mediados de 1969 Fernando Varela conoce al artista Enrique Guillemette con quien inicia un intenso intercambio centrado en el estudio de la numerología, el arte y especialmente en el estudio de la obra teosófica del maestro espiritual Bô Yin Râ [Joseph Anton Scheneiderfranken (1876-1943)] cuyos manuscritos llegan al estudio de Guillemette. El contacto de Varela con la obra de Bô Yin Râ supone un eje significativo para lo que será su orientación estética y la conformación de un lenguaje artístico personal y vital; representa lo que podemos considerar una referencia fundamental. A partir de este momento el joven artista se dedica a la interpretación sistemática de los textos de Bô Yin Râ. Durante estos primeros años de exploración, su trabajo también se nutre de referentes centrados en la obra de artistas como el uruguayo Joaquín Torres García, que conoció a través de sus muestras en Uruguay, pero también mediante la lectura de sus conferencias esenciales recogidas bajo los títulos: Universalismo Constructivo y La Recuperación del Objeto. En 1971 realiza un viaje de seis meses por Europa que lo lleva a recorrer diversos países del viejo continente: España, Francia, Bélgica, Holanda, Italia, Suiza e Inglaterra, cada estancia representó una oportunidad para conocer, visitar museos, alimentar y expandir la curiosidad e intuición de un joven con inquietudes sensibles. En 1976 se traslada a la República Dominicana para desempeñar funciones en la embajada de la República Oriental del Uruguay. El caribe insular dominicano se convierte en territorio clave para la definición de su destino creador. No obstante, viajar a los Estados Unidos en el año de 1976 y entrar en contacto con las vanguardias pictóricas norteamericanas, especialmente el expresionismo abstracto, representó la emergencia de una afinidad inmediata. La fuerza expresiva de artistas como Mark Rotkho, Jackson Pollock, Robert Motherwell, Willen de Kooning, Jasper Johns, entre otros varios, representó la posibilidad para concebir un horizonte de trascendencia que involucra lo humano, la espiritualidad y la representación estética como posibilidad de confluencia. Así que estos referentes, junto a las experiencias tempranas de los primeros años en Uruguay, comenzaron a conformar las bases para el despliegue posterior de un vibrante espacio creativo. Es el regreso a República Dominicana lo que marca la consolidación de una vocación orientada hacia el arte. A partir de 1978 Fernando Varela se vincula a la escena artística de la plástica dominicana en el contexto de la Galería Caferelli, emprendimiento innovador que combina la promoción de las artes visuales y proyectos gastronómicos, que resulta vanguardista para la época, dirigido por la joven dominicana Rosario Bonarelli quien se convertirá en su esposa y madre de sus tres hijos, la familia Varela Bonarelli, el arraigo definitivo al suelo fértil de la isla caribeña de Quisqueya. A partir de estos años mantiene intensos diálogos e intercambios con artistas dominicanos. Destacan José Ramírez Conde (Condesito) y Domingo Liz, quienes representan una gran influencia en la conformación de su formación artística. Ambos contribuyen al perfeccionamiento de sus lenguajes expresivos, al tiempo que lo acompañan en el intercambio, reflexión y valoración de las tradiciones estéticas dominicanas, en contrapunto con las indagaciones sobre la producción del arte en diversos contextos. En el año de 1983 realiza su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, exhibe piezas bidimensionales, realizadas en cerámica, inscritas dentro de la herencia del modernismo constructivo de la Escuela del Sur, es un comienzo que lleva la huella de la tradición de su lugar de origen, la identidad que lo conforma para ese momento. A partir de esta primera exhibición y durante aproximadamente una década y media, la obra de Fernando Varela transita por un intenso proceso de transformación y experimentación. Sus exploraciones asumen diversos medios de expresión visual y recorre distintos caminos de posibilidades temáticas. Este periodo supone una producción intensa que permite que su obra se muestre en diferentes contextos, podemos destacar: la Bienal de Cuenca (1994); la Bienal de La Habana (1994) y su participación en el contexto de la Documenta de Kassel (1997). En el año de 1998 Varela realiza la exposición Hombre y Mujer en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo. Esta muestra representa un resumen de sus indagaciones estéticas concebidas hasta el momento. En en el año de 1999 a través de la exhibición La Magia del Miedo organizada en el Centro Cultural de España de Santo Domingo la obra de Varela presenta un punto de inflexión en el desarrollo de los recursos expresivos y tratamiento temático. La Magia del Miedo se caracterizó por el emplazamiento de obras que presentaron una evidente economía y síntesis discursiva y que se mostraron articuladas
La escalera de escape
La escalera de escape Annelisse Molini La historia se repite, y en sus cíclicas recreaciones, demuestra a quienes la viven que conserva siempre un núcleo de su esencia, aunque se presente bajo una nueva vestimenta. Por eso, la presencia de la escalera aparece, en un principio, como un elemento insólito en la iconografía propia de la obra de Annelisse Molini. Sin embargo, quienes conocen la dilatada trayectoria de la artista, reconocen que es una vuelta de tuerca a una de las inquietudes constantes que se ha manifestado a lo largo de su carrera: la marcha, en su mayor parte voluntaria, y el escape, casi siempre como una necesidad en la búsqueda de un orden, en medio de la asfixia del caos imperante. La presente serie de Annelisse Molini es una muestra evidente de que esta creadora es fiel a las inquietudes vitales, a las pulsiones visuales y a las formas que han dibujado una particular identidad en toda su producción. El traje con el que ahora se presenta es plena evidencia de la madurez creativa que ha ido forjando a lo largo de los años. El enriquecimiento de su factura técnica y la profundización de la complejidad en sus particulares formas e iconografía revelan que después del trauma, más allá del caos y superada la destrucción, vuelven a desatarse las tensiones que son inherentes a cada ser humano, buscando una salida que encarne una respuesta a las preguntas que, eternamente, se quedarán sin poder ser respondidas. Laura Bravo, Ph.D. www.annelissemolini.com THE ESCAPE LADDER- Annelisse MoliniEssay by Laura Bravo History repeats itself, and in its cyclical recreations shows to their witnesses its essence, though under new clothes. The ladder appears initially as an unusual element in the iconography of Annelisse Molini’s work. However, those familiar with the artist’s long career can recognize it as a twist of one of the constant concerns throughout her career: moving, mostly voluntarily, and escaping, almost always as a necessity in the search of order, in the midst of prevailing overwhelming chaos. This series by Annelisse Molini is an obvious sign that she is faithful to those vital concerns, visual drives and shapes that have drawn her particular identity throughout. Her new clothes are evidence of a creative maturity forged over the years. The rich craftsmanship and deep complexity of her particular iconography prove that beyond trauma, chaos and destruction, there’s a resurfacing of human emotions looking for a way out, for questions that will forever remain unanswered. Laura Bravo, Ph.D.
Cajones de ilusiones y alusiones
Cajones de ilusiones y alusiones Jaime Cobas Cajones de ilusiones y alusiones, del reconocido arquitecto Jaime Cobas, es “un conjunto de piezas que aspira a establecer un diálogo entre la obra y el observador estimulando su imaginación, donde rebusquen recuerdos, entrelacen eventos históricos, leyendas mitológicas o de la conciencia colectiva, para así elaborar una nueva realidad, personal e individual.” La muestra está compuesta por 15 piezas en pedestales individuales e iluminación particular para permitir que sus interiores sean visibles. En adición dos piezas de gran formato, “el Alfa y el Omega, el principio y el fin, el fuego y el agua”, son: Locura de Amor y Dadme mi Número. Esta última es una ilustración de la plegaria de la poetisa puertorriqueña Julia de Burgos, donde ella ruega por la finalidad de una vida llena de desilusiones. El propósito de esta muestra según el artista es “establecer un diálogo entre la obra y el observador estimulando su imaginación, donde rebusquen recuerdos, entrelacen eventos históricos, leyendas mitológicas o de la conciencia colectiva, para así elaborar una nueva realidad, personal e individual.” Jaime Cobas posee un Bachillerato en Arquitectura de la Universidad de Cornell (1963) y una Maestría en Arquitectura de la Universidad de Yale (1967). Su producción artística ha sido exhibida y reconocida por la prensa y el público. En 1997, se celebró una retrospectiva de sus trabajos en el Chase Manhattan Building, en Hato Rey, Puerto Rico y su obra Gepetto’s Conundrum fue subastada a beneficio del Programa de Asistencia al Artista del Museo de Arte de Puerto Rico. En el 2015 la obra Estudio para Locura de Amor fue seleccionada en la “Muestra Nacional de Artes” del Instituto de Cultura Puertorriqueña, en el Arsenal de La Puntilla, en San Juan. Distinguido por sus obras arquitectónicas: Fraternidad AFDA, Las Carmelitas, Caparra Executive Condominium y el “MuSA”, en Mayagüez, además por sus diseños para interiores: Bull’s-Eye, Chayote y diversos apartamentos privados en Puerto Rico, Nueva York y Japón. Sus diseños han sido publicados en revistas del exterior como: Interiors, Interior Design, Florida Quarterly, Mix y Archivos de Arquitectura Antillana. Actualmente ejerce como como profesor de diseño arquitectónico en la Universidad Politécnica, y su clase de “Arquitectura e Iluminación’, es altamente valorada por el estudiantado.
Reflexiones: Entre la alegría y la desesperación
Reflexiones: Entre la alegría y la desesperación Antonio Turok Antonio Turok, nacido en la Ciudad de México en 1955, está considerado como uno de los fotógrafos documentales más importantes de la actualidad, internacionalmente reconocido como uno de los artistas que han dedicado 40 años de su vida a plasmar la condición humana o simplemente compartir un bello paisaje. Turok y su mirada olfativa siempre están donde la adrenalina y el miedo alejarían a casi todos, en donde gracias a su instinto el espectador puede acceder a imágenes que detienen el instante preciso, ese que resume entre las cuatro esquinas de la fotografía todo un momento histórico, un rasgo definitorio de una sociedad o de un conflicto social. Ha participado en diferentes publicaciones periodísticas tales como: Aperture, Estados Unidos; Camera Work, Estados Unidos; Crónica, México; DoubleTake, Estados Unidos; Paris Match, Francia; Proceso, México; Stern, Alemania; Texas Monthly, Estados Unidos; The Independent, Gran Bretaña; así mismo, ha colaborado en varios libros colectivos como: 160 años de fotografía en México, Centro de la Imagen, México. Indiens Chiapas-Mexico-Californie –Un monde fait de tous les mondes-. Du parc de la Villete, París. Memoria – Presencia de los refugiados guatemaltecos en México, Secretaria de Gobernación, México. Ha publicado los libros: Chiapas: The End of Silence/El fin del silencio. Fundación Aperture, Nueva York, y Ediciones Era, México, 1998. Imágenes de Nicaragua. Casa de las Imágenes, México, 1988. Ha obtenido distintos reconocimientos entre ellos: Beca de la Fundación John Simon Guggenheim. Premio del Mother Jones Fund for Documentary Photography. Beca del Museum of Photographic Arts de San Diego, California para el proyecto documental Los vecinos, dos caras de una moneda. Beca de Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos “Maya in the United States” Rockefeller Foundation Algunas de sus obras fotográficas forman parte de colecciones de museos y colecciones privadas: Philadelphia Art Museum. Philadelfía, Pensilvania. Los Angeles County Museum of Art – Colección Fotográfica. Los Angeles. Wittliff Gallery of Southwestern and Mexican Photography. Southwest Texas State University, San Marcos, Texas. Brooklyn Museum—Colección Fotográfica. Brooklyn, Nueva York.; entre otras. Antonio Turok: Reflexiones entre la alegría y la desesperación es una exposición itinerante presentada por primera vez a finales de 2016 en el Museo Archivo de la Fotografía de la Cuidad de México, la cual traza su trayectoria a través de más de doscientas imágenes. He realizado una nueva curaduría de esta muestra para el Museo de Las Américas, por ser este un espacio dedicado a la difusión de la historia y cultura del continente americano durante más de veinticinco años. Estas fotografías nos hacen cuestionar lo que hemos aprendido de la historia de nuestros pueblos: las guerrillas de Nicaragua y El Salvador, la crisis de inmigrantes guatemaltecos en México durante los años ochenta, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en las selvas de Chiapas y el 11-S en Nueva York. Las imágenes más recientes nos muestran lo que acontece actualmente con la emigración de mexicanos a Estados Unidos y la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca. Al conformar esta exhibición reflexioné acerca de las preguntas que se hacen los fotógrafos y artistas en formación: ¿Qué es el arte? ¿Qué es la fotografía? ¿Qué poder tiene el fotógrafo al documentar una realidad mientras busca su expresión personal a través del lente de la cámara? Y es que el fotógrafo tiene una percepción del mundo, pero con una imagen logra que interpretemos la profundidad de la vida. Ya lo decía el gran documentalista estadounidense Eugene Smith: “Siento que mi arte o mi necesidad es la comunicación, así que uso la fotografía para narrar una historia”. Turok considera que una imagen es lo más cercano a la poesía, y que la fotografía es su arma para trascender y servir de algo, “tener un compromiso”. A través de esta poética muestra vemos cómo el fotógrafo coincide con Smith en esa necesidad de tener un propósito definido en el acto fotográfico. Estas imágenes nos comunican la historia que ha vivido Antonio Turok durante más de treinta años, documentando batallas que cobraron innumerables vidas en la lucha por la justicia. A la vez, nos muestran la existencia pacífica de las comunidades indígenas de Chiapas en las que vivió como joven fotógrafo en esos tiempos. En su búsqueda visual, vemos que Turok usa el vídeo como un nuevo instrumento para contar historias, dejándonos interrogantes ante las imágenes de la frontera estadounidense, donde emigrantes esperan cruzar a un futuro que imaginan promisorio. ¿Será cierto que al otro lado hay una vida mejor? ¿Será el comienzo de una nueva e injusta batalla en la cual el fotógrafo seguirá contando la historia de los tiempos que vivimos? Antonio Turok es el artista, fotógrafo rebelde, independiente y poético, que busca que sus imágenes sirvan para algo, con un compromiso profundo con la vida y de cuyo ojo nacen imágenes que trascienden la memoria visual de nuestros tiempos. Tanto el artista como esta curadora dedicamos la exhibición a esos jóvenes fotógrafos y artistas que hoy se preguntan lo mismo que tantos otros: ¿Qué es la fotografía y la imagen visual? ¿Qué hemos aprendido de la historia de nuestros pueblos latinoamericanos durante tantos años de injusticia? Marietta BernstorfCuradora