Talladores de santos honran a José Campeche El Museo de Las Américas acogió una idea presentada por un grupo de talladores de santos para realizar la exhibición titulada Talladores de santos honran a José Campeche. En la exposición participan veinte excelentes talladores de santos de palo interpretando diferentes pinturas religiosas de José Campeche. A través de la exhibición se reconoce la importancia de estas dos formas del arte en el desarrollo de la religiosidad de nuestro pueblo y la importancia que ambas han tenido desde los tiempos de la colonización al presente. Cada talla está presentada junto a una reproducción de la obra que sirvió de inspiración. Los talladores participantes son: José A. Rosado (Toa Alta) Emanuel Nieves Dorta (Hatillo) Ibsen Peralta (Vega Baja) Jaime Rodríguez Heredia (Cidra) José Román Ramos (Quebradillas) Jesús Nieves Dorta (Hatillo) Félix Martínez (Dorado) Amaury Lugo (Quebradillas) Isaac Laboy (Quebradillas) Evelyn Vázquez Fuentes(Carolina) Orlando Vélez (Aguada) José René Rivera (Corozal) Nitza Mediavilla de Toste (San Juan) Gloria López Estrella (Camuy) Luis Raúl “Pichilo” Nieves (Dorado) Zaida Isern (Caguas) Antonio “Papo” Avilés (Orocovis) Lourdes Aquino (Añasco) Luis Román Ramos (Quebradillas) Alfredo Cosme (Dorado) En exhibición hasta el 2 de junio de 2013.
Ten of Water
Diez del Agua Manuela Aponte Manuela Aponte es egresada del Moore College of Art en Philadelphia y ha expuesto internacionalmente. Su obra se encuentra en colecciones del Caribe, National Museum of Trinidad & Tobago; Estados Unidos, The River Phoenix Collection y Europa en The Pennie Mendez Collection de Londres. La exposición de pinturas sobre lienzo y sobre papel, están inspiradas en la espiritualidad y creencias mágico religiosas del oeste africano en un sincretismo donde predominan las figuras alusivas al agua. Sus imágenes además de sensuales y poéticas evocan a la imaginería popular y el colorido del arte caribeño En exhibición hasta el 21 de abril de 2013.
Nono Rivera
«Sueños de Carrusel y el Gallo que no se juye» Nono Rivera «Sueños de Carrusel y el Gallo que no se juye» es el título de la exposición retrospectiva de Nono Rivera (1949-2009), que se inaugura el jueves 8 de noviembre en el Museo de las Américas en el Viejo San Juan. Nono Rivera fue un artista ingenuo o naif, autodidacta, natural de Santurce, cuya trayectoria, como pintor y grabador, fue reconocida por la Fundacion Arana y por varias bienales y trienales internacionales de grabado en Rusia, Macedonia y Japón. Expuso sus pinturas en Puerto Rico, República Dominicana, Guadalupe y Nueva York. Su obra de arte se encuentra en importantes colecciones públicas y privadas. Esta se caracteriza por el uso arrojado del color y por una figuración de un surrealismo urbano que, haciendo alarde de magia, esta poblado de edificios danzantes, cerros habitados por fantásticos personajes, gallos que se pavonean orgullosos y seres que parecen volar sobre alucinantes paisajes. Nono Rivera mantuvo una galería, Sala de Arte (calle San Jose, Viejo San Juan, 1994-2000), junto a la artista Lizette Lugo. Lugo es la curadora de la muestra retrospectiva en la cual se exponen 56 pinturas al óleo y cuatro xilografías. Los Pleneros del Matojal le rendirán un homenaje musical a Nono Rivera, miembro co-fundador del grupo, tocando plenas de su repertorio durante la apertura de la exposición. La exposición retrospectiva de Nono Rivera consigna, para la historia del arte puertorriqueño contemporáneo, el legado de este gran artista borícua. En exhibición hasta enero de 2013.
Román Ramos Brothers
Hermanos Román Ramos Inspiración, dedicación y devoción La exposición Hermanos Román Ramos: inspiración, dedicación y devoción le brinda la oportunidad al público de admirar el trabajo de dos jóvenes artistas de la talla en madera en Puerto Rico. Los hermanos José A. y Luis A. Román Ramos son estudiosos de la talla de madera y autodidactas por convicción. Sus obras reflejan fielmente en la madera transformada la inspiración, dedicación y devoción hacia una tradición popular que allega cada día más adeptos en Puerto Rico. El virtuosismo y estilo propio de sus piezas les ha otorgado innumerables premios y reconocimientos en certámenes, exhibiciones y ferias, de parte de críticos, coleccionistas y público nacional e internacional. Pese a que le dedican tiempo completo a sus tallas, éstas son difíciles de adquirir por lo limitado de su producción, debido entre otras cosas, al tiempo y dedicación que cada pieza les exige, además de que no tienen intermediarios y no se mercadean fuera de su región. José A. Román Ramos Nace en Arecibo en el 1973 y reside en Quebradillas. Su tío, Pablo Román Lugo era artesano y talló algunos santos. José A., toma un curso de arte y dibujo mientras realiza sus estudios en la Escuela Superior Obispo Juan Alejo Arizmendi en Quebradillas. Autodidacta, comienza a tallar en el 1995. Su primera talla fueron los tres Santos Reyes Magos a caballo. Sus piezas se destacan por la profusión de detalles de la talla y la pintura. Le gustan las miniaturas y usa navajas pequeñas para lograr los pormenores en las tallas, y agujas en la policromía de esos detalles. Estudia libros de anatomía, de arte religioso e historia del arte, para perfeccionar su estilo y ampliar su conocimiento. Aunque prefiere policromar sus obras, también ha logrado unas piezas excepcionales labrando en diferentes maderas varias partes de la talla y ensamblándolas para lograr una semejanza a la policromía. Fue reconocido como Artesano Joven en el 1997, por la Compañía de Fomento Económico, Área de Desarrollo Artesanal. Ha ganado numerosos certámenes de talla de santos a través de su carrera. Su devoción por la talla en madera se extiende no solamente a imágenes religiosas sino a representaciones de personajes pueblerinos, así como a personajes de superhéroes. Luis A. Román Ramos Nace en Arecibo en el 1975 y reside en Quebradillas. Su tío, Pablo Román Lugo era artesano y talló algunos santos. Luis A., toma un curso corto de arte con el profesor Javier Bravo en Arecibo, luego de cursar estudios en la Escuela Obispo Juan Alejo Arizmendi en Quebradillas. Autodidacta, empieza a tallar después de ver a sus hermanos José y Julio. Le gusta trabajar las piezas con muchos detalles usando navajas pequeñas y agujas en la policromía para lograrlo. Estudia libros de anatomía, arte religioso e historia del arte, para perfeccionar su estilo y ampliar su conocimiento. Le gusta tallar en maderas duras y exóticas como el guayacán y aceitillo, entre otras, las cuales prefiere dejarlas en su estado natural para resaltar las tonalidades de la madera. Sus obras muestran grandes detalles y excelente acabado. Su devoción por la talla en madera abarca no sólo imágenes religiosas, sino representaciones de personajes egipcios y orientales. La exposición cuenta con el auspicio de: Compañía de Fomento Económico, Programa de Desarrollo Artesanal, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Fundación Fonalledas, FirstBank, Galería San Patricio, Accutech, Triple-S y Méndez & Compañía. En exhibición hasta el 20 de enero de 2013.
Artemisia G
Artemisia G Federico FarringtonArtemisia G: un desafío contemporáneoPor Margarita Fernández Zavala La época en que vivimos tiene visos extravagantes, violentos, exuberantes, dramáticos. En muchas ocasiones nuestros artistas los reflejan en sus obras. Federico Farrington se acerca a la obra de la artista barroca Artemisia Gentileschi (Roma,1593- Nápoles,1656?) para registrar las coordenadas de ambas épocas. El barroco fue un estilo dramático, teatral y grotesco cuyo tenebrismo fue difundido en Italia los Caravaggistis Artemisia y su padre Orazio. El talento de Artemisia, sumado a la tragedia de un ultraje a los 17 años y al subsiguiente juicio demoledor a que fue sometida, se conjugaron para crear un cuerpo de obra tan importante que le ganó formar parte de la Academia de dibujo de Florencia (1614-16?) bajo los auspicios de los Medici, pintar entre otros artistas importantes en Nápoles, casar a su hija con dote propia y recibir comisiones importantes de aristócratas españoles, ingleses y del propio rey Carlos I de Inglaterra(1638-1642). Obtuvo reconocimientos en vida pero fue olvidada por la historia después de su muerte. A quienes conocemos su historia y su obra, nos envuelve en su seducción. Federico Farrington le rinde homenaje vehemente a su trabajo en la exhibición Artemisia G. La serie de pinturas que componen Artemisia G, óleos sobre lienzo todos y sobre madera, los de pequeño formato, son el fruto de un febril proceso de dos años durante los cuales se obsesionó (creativamente) con la obra de Gentileschi; la estudió, la admiró… se desveló, la develó. La mayoría son rostros, excepto 5 de ellas. Muchas de ellas parten de rasgos y gestos en ciertas pinturas de la artista o de sus contemporáneos; otras son reinterpretaciones libres, construcciones propias de personas que formaron parte de su entorno. Tomemos por ejemplo su Santa Catalina, la cual se inspira en Santa Catalina de Alejandría de 1618; Artemisia Superstar que se inspira en el perfil y el giro de cabeza del Autorretrato como laudista de 1615; María Magdalena parece fusionar el rostro de María Magdalena de 1615 y la Magdalena Penitente del Palacio Pitti de 1625 al repetir la dirección del escote del vestido. Otras como Niño nocturno y Niño recogen la dulzura del gesto de la pintura El Àngel de 1613, y directamente se refiere a un cuadro del propio padre del tenebrismo, Caravaggio; o el abandono de sí en el gesto del desnudo femenino en Poseidón que Gentileschi logra en su Cleopatra de 1621. En otras piezas como Atalanta e Hipómenes Farrington combina el famoso cuadro de Guido Reni, de 1612, hoy en el Museo del Prado, y la Córcega y el sátiro de Gentileschi de 1630, en los cuales la composición dinámica, está construida a base de líneas entrecruzadas. El gusto por lo dramático y melodramático de los barrocos, en especial de Gentileschi se renueva en Farrington. Mitos antiguos se actualizan en la cadena de recovecos que propone la contemporaneidad en que vivimos. En Clío, por ejemplo, la musa de la historia y de la poesía heroica, hija de Zeus y Mnemósine (la memoria), Farrington nos presenta una doble imagen que recuerda también la carta de la reina. Esta dualidad, nos refiere al hecho de que la historia parece repetirse, alude a la recuperación de la vida y del extraordinario (aunque escaso, apenas unas 35 pinturas) cuerpo de obra de Gentileschi, reina indiscutible de la pintura, una artista cuyo estilo es poético y heroico como pocos. Los cuadros más famosos de Gentileschi son las tres versiones de Judith y Holofernes (1612, 1620 y 1625) y Susana y los ancianos (1610) pintado a los 17 años. Estos temas bíblicos fueron muy favorecidos por los artistas del Alto Renacimiento, el Manierismo y, sobre todo el Barroco. Sin duda, las interpretaciones de Artemisia Gentileschi son las más truculentas y en ellas las mujeres, Judith y su sirvienta Abra, exhiben una fuerza física impensada por los pintores varones. Mucho se ha escrito, interpretado y hasta fantaseado sobre estos cuadros en términos de la crudeza de la imagen precisamente porque Gentileschi ejecutó el primero de ellos en fecha cercana al juicio contra Agostino Tassi, su violador. La versión del Judith y Holofernes de Farrington se adhiere a la lectura feminista del cuadro original porque se acentúa la venganza de la violación. Farrington reinterpreta totalmente la escena. Primero convierte su Judith en una especie de Dafne_ al encaramarla en un árbol seco. Agiganta el pene de Holofernes mientras Judith/Dafne aquí le cierra con su pie el orificio del pene a punto de eyacular. El cuerpo masculino está pintado en un pronunciado escorzo y el enorme pene se alinea con el tronco del árbol. El hombre se haya a la merced de la heroína. El gesto en el rostro de la Judith de Farrington es vengativo, el del hombre es de agonía. En el cuadro de Gentileschi Holofernes es degollado, en el de Farrington, es castrado. El fondo superior del cuadro está iluminado y en el inferior aparece una especie de gran tejido como jaula o telaraña amplia. La metáfora habla por sí misma. Esta imagen recuerda los versos de un poeta contemporáneo de Gentilleschi, Francisco de Quevedo (1580-1645): Tras vos un Alquimista va corriendo,Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?Vos os volvéis murciégalo sin duda,Pues vais del Sol y de la luz huyendo. Él os quiere gozar a lo que entiendoSi os coge en esta selva tosca y ruda,Su aljaba suena, está su bolsa muda,El perro, pues no ladra, está muriendo. Buhonero de signos y Planetas,Viene haciendo ademanes y figurasCargado de bochornos y Cometas». Esto la dije, y en cortezas durasDe Laurel se ingirió contra sus tretas,Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras. Otro eco contemporáneo de esta metamorfosis es una escena del film Titus, de creadora extraordinaria Julie Taymor. Se trata del escalofriante momento en el que aparece Lavinia, ya violada por sus captores, cual Dafne contemporánea, subida a un árbol seco con las manos mutiladas y reemplazadas por ramas mientras es todavía fustigada por Crión
Only Essence Remains
Crossing The Line Carlos Dávila RinaldiPor William Stover / Curador La exhibición Carlos Dávila Rinaldi: Only Essence Remains es un reconocimiento a la carrera de uno de los artistas puertorriqueños más respetados y prolíficos, justo cuando ésta circula por su punto medio. Incluidos en la exhibición se encuentran alrededor de 100 pinturas, dibujos, ensamblajes y esculturas concebidas en el período que se comprende los años 1980 hasta 2012. La exhibición es un repaso cauteloso y fino del complejo, amplio y altamente inexplorado trabajo de Dávila Rinaldi. Only Essence Remains ha sido creada como un viaje a través de las varias ideologías y filosofías que comprenden los pilares de la creación artística. Como elemento central en el pensamiento del artista se encuentra la relación entre figuración y abstracción; la contienda histórica entre ambas y la capacidad de cada una para expandir las posibilidades de la otra. La desavenencia estilística en su obra ha funcionado como vehículo de comunicación, y también como una estrategia de parte del artista para impedir a la audiencia ser absolutos en la percepción que tienen de su trabajo. Dávila Rinaldi nació en el seno de una familia militar y pasó la primera parte de su juventud entre Japón, los Estados Unidos y el sur del Pacífico. El arte estuvo presente en su vida desde el primer momento (ambos padres poseen sensibilidad para el dibujo); la exposición a múltiples culturas y sus particulares puntos de vista estéticos resultaron en una gran influencia en el trabajo del artista, influencia que se mantiene aun hoy. A su regreso a Puerto Rico siendo un adolescente, Dávila Rinaldi participó de la Liga de Arte de Estudiantes de San Juan antes de partir nuevamente, esta vez a la Universidad de DePauw en Indiana. En DePauw, «el método indiscutido era la figuración realística y académica», y así el artista trabajó con esa base hasta el 1979, cuando un semestre en Nueva York como aprendiz del pintor y escultor Robert Stackhouse abrió sus ojos a la posibilidad de la abstracción. Desde ese momento, la exploración y experimentación con materiales, así como con ideas, ha sido la vanguardia de la obra de Dávila Rinaldi. Bien versado en la historia del arte, la visión única de Dávila Rinaldi sintetiza influencias de diferentes arenas para expresar sus visiones personales. Pop, minimalismo e incluso surrealismo han formado parte de su trabajo, pero es lo abstracto, en todas sus formas, lo que ha tenido mayor protagonismo en el artista. Siguiendo la tradición de artistas como Phillip Guston y Gerard Richter, el dominio de Dávila Rinaldi tanto de la abstracción como de la figuración socava el concepto trillado de que un artista debe mantener un estilo único, particular y cohesivo. El pensamiento de que «para ser un pintor abstracto, debes conocer la realidad» es un principio central en el pensamiento de Dávila Rinaldi. La continua «batalla personal entre abstracción y figuración» ha resultado en una muestra de trabajo que combina ambos estilos en algunas piezas, mientras que en otras los separa completamente, dividiendo así frecuentemente su trabajo en patrones visuales independientes. No obstante, la obra es unida conceptualmente por la habilidad del artista para revelar la esencia de lo que se está representando. Incluso piezas que contienen imágenes claras quedan reducidas a su esencia. Dávila Rinaldi llega al espíritu y la sustancia de su tema, sea este un planteamiento político, una revelación personal o una búsqueda espiritual, algunas veces con una interpretación delineada, o una imagen reducida a un icono, o un símbolo limitado completamente a un gesto. En las manos magistrales de Dávila Rinaldi unas cuantas pinceladas pueden representar un objeto o un concepto, tanto como una representación excepcionalmente definida puede representar una creencia inmaterial. En su obra reciente se ha encontrado una disolución total de la realidad al monocronismo. La exhibición será instalada en un orden no lineal y no cronológico. Obras de distintas décadas serán alternadas en su orden en la exposición, permitiendo al visitante experimentar casi 30 años de desarrollo y evolución, cambio y continuidad, y demostrar que la obra de Dávila Rinaldi es arte que trata de arte; arte en el que yace solitaria la misma esencia de la existencia. En exhibición hasta el 26 de junio de 2012.
Queen
Reina Matergrafía por Mónica Félix Reina es el nombre dado a la presente serie de autorretratos, que conjuntamente crean un relato particular a la experiencia de un individuo que se aproxima a los umbrales de un periodo de cambio. Esta exhibición ha sido trabajada con el fin de ser leída a modo de un diario, a la vez que suscribe y cimienta la práctica de la artista al utilizar iluminación selectiva a manera de narrar una catarsis sentimental. Este cuerpo de trabajo se acerca a un periodo, en la vida de una niña, que presagia la transformación identitaria hacia una mujer; la cual, al igual que su madre, dará luz a su propio reino. Es durante este periodo de cambio, dentro del proceso de transformación, donde ésta se hace consciente de sus nuevas responsabilidades como una “mujer completa” Reina es un experimento de autorretrato, donde se crea un nuevo objeto – la maternografía – que compromete a la artista con el inexorable vínculo de la ventaja uterina. Siendo esto un constante recordatorio de la virtuosa posesión que alberga la oportunidad de ser madre. El trabajo de Mónica Félix se hace presente con un encanto profundamente íntimo que le habla directamente al espectador. Es a través de sus lente gran angular, sus temas femeninos y sus ambiciosas afirmaciones que Félix explora la aguja y el hilo que urden a la vida y el arte. En exhibición hasta el 24 de junio de 2012.
Mayagüez: A century of artists
Mayagüez: Un siglo de artistas La exhibición plantea un recorrido histórico, desde los comienzos del siglo XX hasta la actualidad, por algunas de las figuras más relevantes que han tenido en Mayagüez su lugar de nacimiento o su principal centro de producción artística durante décadas, y que a su vez han resultado claves en el desarrollo de las artes plásticas puertorriqueñas, señaló López Vilella. Mayagüez: un siglo de artistas comienza en los primeros años del pasado siglo, fecha en la que están datadas algunas obras de los primeros nombres que adquieren categoría en la historia del arte en Mayagüez, como son los hermanos Félix y Julio Medina, y José López de Victoria. Prosigue con dos mujeres con una producción artística y una labor docente de notable relevancia e intensidad en la historia del arte de Puerto Rico, María Luisa Penne de Castillo y su discípula Noemí Ruiz, pionera en la pintura abstracta en el ámbito nacional. Representando a los artistas nacidos en la década de los treinta, la exhibición presenta la obra de Jaime Carrero y de Marcos Irizarry, este último también precursor de la abstracción y cuya carrera artística se desarrolló entre Puerto Rico y España. Por su parte, las obras de Susana Herrero Kunhardt, de Anaida Hernández y de Carlos Fajardo representan las de una generación consolidada de artistas que trabajan con una multiplicidad de medios y de lenguajes. La travesía que proyecta la exhibición acaba con la producción de Santiago Flores y de Cacheila Soto, dos artistas que, a pesar de su juventud, se encuentran en plena ebullición creativa y representan el presente y el futuro de las artes plásticas en Puerto Rico. Mayagüez: un siglo de artistas es una exhibición sin precedentes en la historia del arte de Puerto Rico, puesto que invita a realizar una mirada histórico-artística focalizada en un espacio geográfico alejado del principal centro de producción artística y de gestión cultural de la Isla que es la capital del país. La exhibición presenta diversas piezas relevantes de la trayectoria creativa de los artistas protagonistas, procedentes tanto de colecciones institucionales como privadas, y va acompañada de un extenso catálogo íntegramente auspiciado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, en el cual se recoge, en un talante investigativo y crítico, un análisis de las principales aportaciones de este conjunto de artistas y de su relevancia en el marco de la historia nacional e internacional de las artes plásticas. Todos ellos simbolizan la cara más visible y la producción más reconocida de más de un siglo de creación artística que tiene a Mayagüez como centro de partida y que espera ser valorada en primera persona, como justamente merece, en la historia del arte puertorriqueño. Componen la muestra los artistas: Félix Medina (1867-1935) y Julio Medina (1881-1927), José López de Victoria (1869-1935), María Luisa Penne de Castillo (1913-2005), Noemí Ruiz (1929), Jaime Carrero (1931), Marcos Irizarry (1936-1995), Susana Herrero Kunhardt (1945), Carlos Fajardo (1953), Anaida Hernández (1954), Santiago López Charneco (1967) y Cacheila Soto (1979). La exposición estará abierta al público hasta el 17 de junio de 2012.
Crossing The Line
Crossing The Line Bruce Burt «Pop Realism»Por José Antonio Pérez Ruiz PhD. El artista Bruce Burt, ha logrado transmitir a su labor, el caudal emocional del POP ART y simultáneamente demuestra que es un discurso con potencialidades inagotables. En la colección titulada “Crossing the line” el nos muestra ese enfoque estético teórico sigue teniendo validez. Sus trabajos resultan ser un desafio a los contempladores a distancia o a quienes le ven de cerca. De una parte, los primeros ven como una expresión que aún conserva su etiqueta vanguardista se ha nutrido de las reservas “Naive” persistentes, aunque en peligro de extinción en algunos reductos geográficos del planeta. Los lienzos de Burt poseen la virtud de alejarse de proximidades apócrifas, pues se ajusta a sus experiencias para rechazar todo intento descontectualizante. Ello es posible en sus acercamientos a la flora, donde los rigores del trópico parecen saltar de sus soportes, para acomodarse en el recuerdo del observador. Aunque las realizaciones de Bruce Burt estan realizadas a escalas domésticas podrían ser ajustadas a escenarios heroicos. Parte de pensamientos íntimos que pueden ser compatibles con escalas públicas. En ellas subjetividad y objetividad, lo intuitivo y lo racional conviven para dar paso a un mundo conocido, presentado como un relato inédito de cuanto divisa desde su balcón. La exposición estará abierta al público hasta el 20 mayo de 2012.
Tradición y Controversia
Tradición y Controversia Dos artistas, dos tesoros: Arnaldo “Marcolino” Maas y Eric Tabales Jorge Sierra, sanjuanero desde sus abuelos. Hizo su bachillerato en la Escuela de Artes Plásticas del Instituto de Cultura Puertorriqueña allí fue discípulo de artistas de la talla de José Alicea, Augusto Marín, Lorenzo Homar, Luis Hernández Cruz y Fran Cervoni. Por su condición de sanjuanero, tuvo la dicha de ser amigo y compartir con artistas como Antonio Maldonado, Emilio Diaz Valcárcel, Clara Lair, Rafael Tufiño, Amílcar Tirado, Julio Rosado del Valle, Carlos Raquel Rivera, Carlos Irizarry y Elizam Escobar entre otros. Ha participado en numerosas exhibiciones colectivas e individuales siendo las más recientes de forma individual, dos en la galería Botello del viejo San Juan y en el Museo La Casa del Libro. La obra de Jorge Sierra se ubica en esta secuencia de pronunciamientos pictóricos sobre la naturaleza de la pintura y el límite del espacio de la representación. El artista le ha dado un giro innovador a la relación entre el marco y la composición, el afuera y el adentro y los límites espaciales de la composición. Sierra retiene el cuadro, no obstante, abandona, en parte, el espacio ilusorio reemplazándolo con collages planos de contornos fuertes. Integra el marco a la composición y algunas de las figuras, como en las obras tituladas El Lengüilargo, Queer Queen o en Los Aguajeros, cuyos bordes logran escapar, las relaciona con el contenido de la obra. La transgresión de los bordes no es sola- mente un asunto formal, sino que deviene en lo poético, ideológico y social. Aun cuando el marco pueda pensarse como un límite físico infranqueable, las figuras se escapan de ese constreñimiento sugiriendo una realidad compleja de la que difícilmente la representación puede dar cuenta o retener. El encuadre o el marco en la obra de Sierra ofrece la libertad o a la posibilidad del escape como promesa. El escape como promesa de felicidad sustituiría la famosa frase de Stendhal: “La belleza es promesa de felicidad”. Es en esa tesitura que reside, a mi entender, el sesgo poético de Fuera del Marco. Sierra parece decirnos que ante los problemas más acuciantes de nuestro tiempo el deseo de autodeterminación se impone.